Wednesday, June 2, 2010

Upsss... Silvio Rodríguez: 'Admiro mucho a EEUU, aunque algunos no lo crean'


Dejó claro que sigue creyendo en la revolución "aunque en algunos aspectos haya envejecido y sea necesario evolucionar si queremos conservar los logros sociales".

Como el torero encerrado con seis morlacos. Así ha encarado el cantautor Silvio Rodríguez su esperada comparecencia ante la prensa de Nueva York. Vuelve a Estados Unidos luego de treinta años. "Un país", dijo nada más encarar los micrófonos, "que admiro mucho y por muchas razones aunque algunos no lo crean". También señaló que la ausencia (de EEUU) "se debe únicamente a no me concedían el visado. Lo he solicitado muchas veces, para cantar y también por asuntos privados, pero ya había perdido la esperanza".

Cree el autor de Ojalá que algo ha tenido que ver en todo esto el cambio de política patrocinado por la administración Obama. "Ahora mismo nos encontramos, respecto a las relaciones Cuba-EEUU, en una situación similar a la que teníamos antes de la administración Bush. Es una pena que, de momento, no vayamos más allá, porque esto debería cambiar. Demasiada tensión, demasiadas angustias y dolores".

Una primera fórmula para relanzar el cambio, que "levanten de una vez el bloqueo", nudo corredizo que hace apenas dos días criticaba con dureza el periódico neoyorquino Daily News. Aunque no cree Silvio que llegue a suceder, no al menos en un futuro próximo, aboga por la comprensión mutua: "son años de jalarnos de los pelos y tenemos que aprender de una vez a llevarnos bien, al fin y al cabo somos países vecinos y eso no va a cambiar nunca". Respecto a la posibilidad de que se haya protestas cuando toque en Florida, le pareció normal. "Están en su derecho", concluyó.
Tras comentar sonriente que cerró su polémica con Carlos Alberto Montaner porque "para él escribir artículos es como ir a la oficina, no para mí, que tengo que ensayar, hacer música, etc.", dejó claro que sigue creyendo en la revolución "aunque en algunos aspectos haya envejecido y sea necesario evolucionar si queremos conservar los logros sociales".

"Hay muchas cosas en Cuba que necesitan revitalizarse", abundó, "y el cambio, como ya he dicho otras veces, llegará con la evolución. Las revoluciones son eventos circunstanciales, mientras que la evolución es una necesidad constante de las sociedades. Necesitamos siempre evolucionar, y a veces, una revolución".

Confía en que, llegado el tiempo del cambio, "la supremacía del más fuerte pueda corregirse, pues el miedo no puede paralizarnos, no puede impedir que la sociedad evolucione. Como explico en una de mis últimas canciones: 'Cuando las alas se vuelven herrajes, es hora de volver a hacer el viaje a la semilla de José Martí'. De todas formas las canciones, la poesía, la música, no pueden cambiar el mundo. Eso le corresponde a los seres humanos, a los que a veces influye el arte, cómo no, pero que son finalmente los únicos que pueden transformarlo".

De la ley de Arizona comentó que "es una ley mal pensada. Desata una persecución y me parece muy preocupante". En este viaje quiere visitar, entre otros lugares, "el Museo del Espacio de Washington, aunque como vengo de un país terrorista", añadió sonriente, "no sé si me dejarán entrar".

Cantautor protesta, bardo de la revolución, abanderado de una fórmula de canción vestida con ropajes políticos... Para Silvio Rodríguez son etiquetas: "algunas pasaron y otras sobreviven medio caídas. Miren, yo empecé pensando que era un trovador de canción popular y luego comenzaron a colgarnos cartelitos. Uno sigue siendo el mismo, un autor de canciones que después las canta, que nació en un determinado momento y, claro, me influyó, pero un cantante, nada más".

Hubo momentos en los que los periodistas parecíamos haber olvidado que en la tarima, apenas a unos metros, no figuraba un portavoz gubernamental o un ministro, sino un artista, polémico, discutido y discutible en sus juicios políticos, claro, pero poeta y músico sideral, hacedor de letras como cuchillos y melodías sumergidas en las aguas del tiempo, de versos como arcilla y palabras de nieve.

"La primera música que me marcó", señaló refiriéndose a Estados Unidos, "fue, junto con los temas populares cubanos, la de las películas de Hollywood de los años cincuenta, por ejemplo la de Vértigo".

Respecto a su antiguo anuncio de que no haría más giras: "Bueno, es que las giras son para tener veinte, treinta, cuarenta años, con cincuenta ya cuestan más, y con sesenta...". Sin embargo, sigue tocando. Sigue cantando y, tras sortear no pocos malentendidos, llenará dos noches el Carnegie Hall, teatro de los sueños donde el oro de los viejos fantasmas, de los cientos de músicos legendarios que una vez torearon allí, lo acogerá como a uno de los suyos, de los mejores.

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