Friday, February 13, 2009

Isabel Preysler es de plástico


58 añitos los que cumple, y como una rosa.

Esta mujer me tiene en un ay. ¿Será la bisnieta de Dorian Gray o se pasa la vida en un quirófano?

Casi, pero no del todo así, por lo menos la primera parte. La segunda ya es más discutible.

Cuenta en Semana los secretos de tanto bienestar.

Su dieta alimenticia es estricta y la componen frutas y verduras, con una cocina sencilla en la que predominan la plancha y el vapor.

Su hija Tamara bromea al respecto: "Tío Miguel –que es como llama a su padrastro en familia– ya se lo dice a mamá: Tanta verdura no puede ser buena". Su debilidad es el chocolate, y lo prefiere con gran pureza de cacao. Para compensar sus escasas extralimitaciones, hace dieta depurativa de fruta: un solo tipo de fruta durante 24 horas.

Bebe abundante agua y es una gran aficionada a las infusiones. El alcohol ni probarlo, sólo disimula que lo toma cuando lo imponen los usos sociales.

Duerme más de diez horas al día, practica yoga, pilates, squash y natación, y recibe diariamente masajes y cuidados cosméticos a cargo de profesionales que la atienden en casa.

Dicen que es en Estados Unidos donde se ocupan de sus retoques estéticos, bótox y cuatro rinoplastias, que han mejorado, si es posible, una genética excepcional.

Pues sabiendo esto ya tengo claro que no es la genética sino el billetero y el tiempo libre la causa de tanta "salud".

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