Tuesday, October 16, 2007

La pobreza sigue azotando un alto porcentaje de dominicanos


SANTO DOMINGO.- Dentro de una vivienda maltrecha construida de hojalata podrida y bajo la amenaza de inundarse con las aguas fétidas del río Ozama, vive doña Idalia Mercedes Arroyo Suárez, de 73 años, junto a una hija de 43 años con problemas mentales muy graves. Ahí, dentro de ese bohío húmedo y mal oliente, al que penetran los rayos del sol y el agua lluvia, también lucha para liberarse de los ratones, mosquitos, cucarachas, ciempiés y otros insectos y alimañas, además del ruido en el barrio, que se ha convertido para ella en un castigo.

Con sus ojos bañados en lágrimas, Arroyo Suárez narró que su peor situación es levantarse cada mañana y mirar al cielo, de donde espera que llegue su sustento y el de su hija, pues antes vendía tarros y flores en las calles, pero los achaques de su edad no le permiten hacer ese trabajo ni otro más liviano.

Señaló que gracias a la humanidad de sus vecinos no han muerto de hambre, pues tiene un hijo que se encuentra en una situación económica tan crítica, que lo que consigue con el chiripeo apenas alcanza para sostener a sus hijos que habitan en otra comunidad junto a su esposa. Precisó que su vástago de vez en cuando le lleva un par de cien pesos para que compre algo.

Doña Mercedes dijo que su mayor deseo es pasar el resto de sus días en un ambiente adecuado y en una casa digna en la que pueda respirar aire puro, y además tener acceso a medicamentos para sus problemas de salud.

Sin embargo, las condiciones de extrema pobreza en que habitan no les permiten ni comprar los medicamentos que necesitan ella y su hija, pero mucho menos para adquirir una vivienda en un espacio limpio.

Empero, su caso no es particular, pues en los barrios formados a orillas de los ríos Ozama e Isabela y otros puntos del país, habitan en iguales condiciones miles de personas, quienes viven en condiciones infrahumanas y se les dificulta alimentarse adecuadamente.

Sus carencias
Reporteros de LISTÍN DIARIO recorrieron algunos barrios asentados en los predios del río Ozama y la principal queja que escucharon de sus pobladores son las dificultades que tienen para adquirir la canasta diaria y los problemas de salud a causa de la contaminación.

Entienden que habitan en un rincón olvidado, pero le advirtieron a las presentes autoridades que si quieren su apoyo en las alecciones venideras, que se dejen ver por la zona, ya que las promesas que les ofrecieron en campaña, no las han visto cumplir ni en las casas de sus vecinos.

Felipe Ramos Sarante, coordinador del programa Barrio Seguro en el barrio La Ciénaga, dijo que en términos de seguridad y limpieza ya no existen quejas, pero aún la gente pasa penurias para abastecerse de agua potable, se les inundan sus casas por las aguas servidas que se liberan a través de las cañadas y las aguas del río cuando sube la marea aunque no llueva.

Las madres consultadas precisaron que viven en una presión continua con los problemas respiratorios, gastrointestinales y de la piel que afectan a sus hijos, a los que en pocas ocasiones pueden comprarles los medicamentos, porque no tienen los recursos.

Dicen que sueñan con mudarse del lugar que heredaron de sus padres, donde nacieron, crecieron y se casaron, y esperan que sus hijos no corran la misma suerte.

En Los Cocos de La Ciénaga, los lugareños se quejan por las inundaciones que provoca la cañada de Boyer, por la cual corre constantemente un chorro de aguas residuales y basura que genera un olor nauseabundo, porque de forma constante permanecen desperdicios en estado de descomposición. “Aquí hay que vivir con cuatro ojos, porque nuestros niños se caen dentro de esa cañada y se cortan con los vidrios y latas viejas que bajan, pero por suerte que nos suministran las antitetánicas gratuitamente”, dijo la señora Fátima Pujols, madre de dos menores de tres y un año de edad.

POBRES MÁS POBRES
De acuerdo con el Banco Mundial, en el período 2003-2004 la población dominicana con ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas aumentó en un 50% y el número de personas en pobreza extrema se duplicó.

En su último informe elaborado hasta el 2006, resalta que un 7% de la población, es decir, 483,000 personas, salió de la pobreza moderada entre octubre del 2004-2006. Sin embargo, señala que la pobreza sigue siendo mucho mayor que a principio de la década, pues mitad de la población rural sigue siendo pobre y la pobreza urbana todavía supera en 11 puntos el nivel del 2000, al tiempo de destacar que entre 2004 y 2006, el 6.4 de la población urbana y un 7.4 rural, salió de la pobreza moderada.

Indica que específicamente, durante 2005-2006, la brecha entre el ingreso promedio de las familias del 20% más pobre y las del 20% con mayores recursos se expandió levemente, y la indigencia rural parece estancarse en 2006.

“Entre 2005 y 2006 se revierte el aumento de la pobreza moderada durante la crisis económica-financiera del 2003-2004, como se esperaba al lograrse la estabilidad y un fuerte crecimiento económico. No obstante, sólo se recupera una parte del empobrecimiento de la población dominicana”, agrega.

El informe advierte que se observa una tendencia similar, pero menos marcada para la pobreza extrema. Subraya lo fundamental de preservar la estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico sostenido para sostener los avances en la reducción de la pobreza.

Indica que el patrón de crecimiento ha sido relativamente pro-pobre en cuanto que los pobres se han beneficiado, pero no en cuanto a revertir la elevada desigualdad del ingreso. “La experiencia internacional indica que para seguir reduciendo la pobreza y lograr más equidad es indispensable atender las causas estructurales de la desigualdad en las oportunidades económicas y el desarrollo humano”, agrega.

Asimismo entiende que es indispensable impulsar las reformas para mejorar la efectividad y el impacto de las políticas sociales, de protección social y de generación de oportunidades económicas para las familias de bajos ingresos en el país.

LA POBREZA. La pobreza extrema creció un 5 por ciento en la República Dominicana en 2003, según un informe de la oficina local del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El estudio, que figura en su página en internet, asegura que la pobreza extrema (menos de un dólar por día) en el país pasó de 29 por ciento en 2000 a 33 por ciento en 2003.

El organismo advierte que esta condición coloca a la República Dominicana en el grupo de 28 países identificados por la ONU como de “alta prioridad”, con probabilidades de no alcanzar la meta de reducir a la mitad el porcentaje de su población hambrienta.

El informe del PNUD, elaborado con datos de la gubernamental Oficina Nacional de Planificación (Onaplan), asegura que más de tres millones de dominicanos vivían en la pobreza extrema en 2003, mientras que 5,7 millones de ellos lo hacían bajo el límite de pobreza.

“En 2000, el 54 por ciento de la población (dominicana) estaba por debajo de la línea de pobreza, y para el año 2003, ese resultado ascendió a 52 por ciento en estado de pobreza”, según el estudio del PNUD.

0 comentarios: