Monday, March 30, 2009

SEXO CON UNA ''MUÑECA MUÑECA"




Por Joseph Caceres

En uno de mis recientes viajes a Estados Unidos, fui invitado a cenar en la casa de una pareja de
esposos residente en New Jesey muy conocida en el ambiente por estar ambos ligados al negocio de la música, pero de la cual no voy a dar nombres por razones que les parecerán obvias, cuando lean esto.

Después de cenar y tomar muy buenos vinos se me ocurrió pedir permiso para ir al baño.

El de las visitas estaba ocupado por una de esas damas que cuando ven un espejo dedican una tanda para retocarse el maquillaje y arreglarse el moño.

El anfitrión me dijo que podía usar el de su habitación, y así lo hice.

Pero, cuando entré al cuarto me llevé la sorpresa de que había una joven sentada en una butaca como si estuviera mirando la televisión... pero me extrañó el hecho de que el televisor estaba apagado.

-Buenas noches- le dije, mientras abría la puerta del baño...pero ella no me contestó.

Ya en el baño pensé, "qué tipa más odiosa, ni siquiera me contestó el saludo. Bueno, a lo mejor le caigo mal...Cuando salga la voy a saludar de nuevo. Después de todo, las mujeres ''odiositas'' y comparonas, que se la dan de fruta fina son muy buenas para tumbarle el pulso y conquistarlas...tú veras."

Cuando salí iba dispuesto a jugármela con la tipa y la saludé nueva vez.

-Hola tú, comparona-le dije....pero ni siquiera me miró.
Pero oh, sorpresa, cuando la miré de nuevo era una muñeca de goma tamaño gigante con todas las características de una mujer.
''Ande el diablo, y para qué será que esta gente tiene esa muñeca aqui?". Ni siquiera tienen hijos", me dije.

Aproveché para tocarla, tenía el pelo natural, muy bien cuidado, y una piel suave, tersa, que parecía real. Hasta le di su pellizquito y me parecía estar tocando a una mujer de verdad.

El caso es que cuando me integré a la sala, donde estaba la pareja de esposos conversando con otros invitados, llamé al amigo aparte y le dije.

-Hombre del diablo...y qué es esa vaina de esa muñeca que tú tienes ahí en tu cuarto que parece una gente?

El amigo se sonrió.

-Ah?..la viste. Se me olvidó advertirte. Es una de esos inventos que han lanzado los japoneses.

Me dijo que la muñeca se llama Amanda, que es el último invento "high tech'' creado para la satisfacción masculina, y también femenina, las cuales según me dijo se han puesto muy de moda, y tienen una demanda extraordinaria porque es lo que más se parece a una mujer real.

Las muñecas son bastante caras. El mismo precio casi de un carro pequeño, pues las mejores cuestan más de seis mil dólares. Según me dijo vienen en diferentes tamaños en cinco modelos distintos para satisfacer los diferentes gustos.

Las mismas se ''excitan'', se mueven, besan, pero no hablan, y en Japón se están vendiendo como pan caliente.

Tienen sus envases (que son tan grandes como un ataúd) y "cobran vida": tienen sensores en los pechos que responden a estímulos verbales, son capaces de succionar (mamar), imitar una respiración agitada y hasta humectarse (se mojan).

Tienen los senos de diferentes tamaños, pequeños, medianos y gigantes, y de igual manera la pelvis es opcional, si la quieres con vello natural, lacio, duro, negro, rubio, rizado o sencillamente rasurada de fábrica.

En Europa y Asia hay una "muñecomanía" pues los dueños de ellas como son de tamaño real, le compran vestidos, las maquillan, las peinan y salen con ellas a pasear en sus carros como si llevaran al lado su novia o esposa.

Ello me movió a investigar sobre el tema, obteniendo el dato de que por la aceptación que las "nenas" tuvieron en el mercado, los nipones las apodaron "Dutch wives" (esposas holandesas), en alusión
a la similitud estética que las emparenta con sus colegas de carne y hueso, siempre expuestas en las vidrieras de Ámsterdam''.

El caso es que luego de todos los detalles que obtuve de ese juguete sexual, me atreví a preguntarle al amigo.

-Pero si tú tienes tu esposa, se supone que no debes necesitar una muñeca artificial?.

-Pues fijate que sí- me dijo.

-Lo artificial nunca podrá ser mejor ni superar a lo real- insití yo.

-Claro, en eso estamos de acuerdo.

-Pero y entonces, por qué lo de la muñeca?. Tu esposa no se molesta ni te reprocha esa vagabundería de tener una muñeca sexual en la alcoba?.

-No, de ninguna manera. Por el contrario, con Amanda estamos experimentando nuevas sensaciones y hemos reactivado al máximo nuestra vida sexual.?- me dijo muy seguro y calmado.

-Como así?

-Ay, no te haga el pendejo, a ella después de vieja le ha encantado de nuevo ''jugar muñeca'' como cuando niña.

Esa noche aprendí algo nuevo. Uno tiene que estar ''open mind" con las cosas que suceden en el mundo hoy en día.

Después de todo, se trata de una pareja que tiene su sexualidad muy clara, que no se rige por
tabues ni convencionalismos a ultranzas.

Cuando terminó la fiesta y salía de New Jersey rumbo a New York iba pensando seriamente en abrir un negocio de ese tipo en Santo Domingo.

Tan decidido estoy que ya he tenido comunicación con la gente de Oriental Industries y Doll No. Mori, dos de los fabricantes japoneses con los cuales he buscado cotización.

Tambien con Abyss Creation, la empresa norteamericana que lidera el negocio de las ninfas de silicona.

Tengo que hablar con Miguel Cocco el de aduanas, para que me permita declarar la mercancía como juguetes cuando la importe a Santo Domingo.

Se que con un precio en el mercado de más de seis mil dólares, llevados a pesos dominicano, no es fácil que cualquiera pueda comprarme la muñeca. Pero es casi seguro que Wilfrido me compre una...también le voy a reservar la suya a Rafa Rosario y otra a Sergio Vargas, para que se la lleve a su casa campestre en Villa.

Alipio Cocco, en New York, que vaya guardando los chelitos, que no lo puedo dejar fuera.

Me dijeron que le separe una a Jari, pero no creo...

El que si de seguro me va a comprar es Elvis Crespo, de eso no me cabe la menor duda...

A Ramón Orlando ni me atrevo a proponérsela, porque se atreve a pegarme hasta con la biblia.

De todas maneras creo que el de las muñecas en Santo Domingo es un gran negocio. Creo que voy a dar un palo...

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