Wednesday, September 12, 2007

Audi R8

Con detalles como un ‘espoiler’ trasero escamoteado que se alza como una aleta a más de 70 mph (120 kmh), el Audi TT se preciaba de ser uno de los mejores deportivos compactos con precio ajustado. De hecho, muchos de sus usuarios gozaban del confort y la ‘sensación’ de estar a los mandos de un Porsche sin dedicar un presupuesto excesivo. Sin embargo, y desde el estreno del Audi R8, la marca de los aros ha decidido internarse en el ámbito de los ‘superdeportivos’

.Audi es una de las firmas que más ha crecido en el mundo. La filial de lujo de la alemana Volkswagen cooperaba con la española Seat en tecnología, argumento que bien le sirvió para reducir costes en los procesos de fabricación. Además, el presidente de Seat, Erich Schmitt, era vicepresidente de Audi AG – aunque dimitiera más tarde- y estaba al tanto de la reestructuración de marcas del grupo automovilístico Volkswagen.

Hay por tanto una suerte de comunión entre las casas citadas por las que se comparten adelantos técnicos, diseños aerodinámicos (todas ellas prestan similar estética agresiva) y motores (el SEAT León Cupra es una evolución del 2.0 TFSI de 200 CV estrenado por el Golf GTI, para extenderlo también a la gama de Audi). Empero y aunque la marca bávara descartó recientemente producir sus vehículos en cualquiera de las factorías españolas, sus productos estrella siguen guardando un prestigio que circula de boca en boca y gracias a sus consumidores y clientes.

La intención es dirigirse a un comprador más elitista, por ello el Salón del Automóvil de París 2006 dispuso del Audi R8 Coupé como primicia física. Lo que parecía que se quedaba en un prototipo o ‘concept’, se había hecho realidad.

El biplaza R8 se abre un hueco entre los superdeportivos de aire solemne, estética aerodinámica y futurista, y tecnología dispuesta para aumentar la potencia hasta unos 400 CV que impulsan su escaso peso a unos 188 millas por hora. El aluminio cobra especial protagonismo en la elaboración del chasis, en un modelo que parte de los conceptos que se probaron en circuito y rallies y quizás con la mirada atenta al Audi R10 que se presentó en la Feria del Motor Essen 2006, Alemania, y que había ganado previamente la carrera de 24 horas de Le Mans.

El R8 es un lujo para la vista que combina la sobriedad de las formas curvas y austeras de la marca con una parrilla y dos tomas de aire bajo los faros. En la parte trasera, dos pares de tubos de escape, otras dos tomas de aire y el ‘espoiler’ despiden su espíritu bravo.

El consumo se dispara hasta los 18 millas por galón en conducción mixta y su estampa y precio (117.000 euros) le sitúan junto al Jaguar XKR convertible, el Lexus SC 430, el Mercedes SL 500, el Porshce 911 GT3 Coupé o al Maserati (Spyder Gransport), entre otros.

El Audi R8 no deja de ser un capricho de potentado, con una energía y velocidad que - en todo su rendimiento- no están permitidas en más carreteras que las de los circuitos cerrados pero que su mera presentación nos brinda una idea en torno a la mítica de la automoción.

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