Thursday, February 19, 2009

¡Street Fighter II ha resucitado!

Ayer me volví a sentir como si retrocediese en el tiempo, como si fuese a ser un chavalillo con ganas de conseguir cinco duros para gastarlos en la máquina del bar. ¡Ya tengo entre mis manos Street Fighter IV! La edición especial, nada más y nada menos.

Street Fighter IV es lo que habría sido Street Fighter II si hubiese salido en 2009. Lo tiene todo, todo lo que ya tenía el rey de la lucha más algunos añadidos que lo convierten en un juego del siglo XXI. Además, Street Fighter IV tiene otra significación especial para mí: fue el tema central de uno de los posts con los que comenzó mi andadura con este blog, el segundo concretamente. Es decir, que escribir este artículo era casi una obligación. Todo el mundo sabe ya qué es Street Fighter IV, un juego con la jugabilidad de un "1 vs. 1" 2D pero disfrazado con gráficos de nueva generación. Por eso, porque no hay mucho nuevo que decir, no voy a hacer un análisis exhaustivo sino que voy a exponeros mis primeras impresiones sobre el juego.

En primer lugar tengo que decir que estoy muerto de sueño, he dormido poquísimo por culpa de Street Fighter IV precisamente. Ayer, con la presentación de The Lost and Damned y algunos otros asuntos laborales y personales, se me hizo muy tarde. Pero ahí estaba el juego y no podía dejarlo para otro día. Tenía que probarlo.Sólo con la intro (de la que ya habréis visto muchos fragmentos) se me puso la carne de gallina. ¡Dios, es espectacular! Estética preciosista, caras de sobra conocidas y temazo cantado incluido. ¡La Lucha ha vuelto a lo grande! Luego una voz dice "Street Fighter Four"... y el orgasmo es inevitable.

Llega el menú, de letras minúsculas para mi canijo televisor antediluviano. Pruebo el entrenamiento. ¿Pero qué hago? ¡Si es el Street Fighter de toda la vida!, ¡no hace falta practicar! El control es impecable.Venga, me paso el juego con uno y me voy a dormir. En nivel normal, que no puede ser muy complicado, sobre todo teniendo en cuenta que hay otros tres niveles de dificultad por encima y que llevo toda mi vida jugando a este juego. ¿A quién me elijo?

Yo suelo apoyar a los personajes marginados como Dhalsim, también me gusta probar a los nuevos y nunca pillarme de primeras al típico prota. Sin embargo, en esta ocasión sentía la necesidad de cogerme a Ryu, como una especie de superstición o de extraño ritual friki, no lo sé. Él caso es que lo hice, escogí a Ryu, que ni siquiera está entre mis favoritos.Como decía antes, el control es inmejorable. Las magias salen a la perfección, los Super Combos y Ultra Combos se ejecutan sin dificultad alguna. Mis previsiones eran acertadas, no me costó avanzar. Combate tras combate fui descubriendo detalles, unos buenos y otros no tanto.

Los escenarios son chulísimos, con cientos de referencias dirigidas a los nostálgicos. El nuevo aspecto de los personajes, más artístico, les sienta de maravilla. En este punto he de decir que el diseño de los nuevos me gusta más bien poco: a Abel le falta personalidad, El Fuerte me parece flojillo y Rufus me recuerda a algunos personajes feotes de SNK. Sólo salvaría a Crimson Viper (me recuerda un poco a Juni y Juli, de Street Fighter Alpha 3) y al jefe final, del que hablaré en breve.También me fije en las músicas, que me decepcionaron un poco. Es quizás el aspecto más flojo de SF IV, no porque tenga poca calidad -hay temas muy buenos- sino porque la mayoría no conservan el espíritu de la saga que sí imprega al resto del juego.

Un aspecto que se ha mejorado mucho es el equilibrio entre personajes. Los luchadores grandotes ya no son sacos de boxeo con los que ensañarnos tranquilamente. Si bien es cierto que Zangief hace mucho que dejó de ser el manco que era en sus años mozos, en Street Fighter IV es una auténtica bestia: el manotazo que le permite destruir cualquier magia de proyectil ahora tiene un recorrido enorme, por lo que en un abrir y cerrar de ojos se te puede echar encima; los agarres los hace casi como si tuviera un imán en los brazos y la potencia de sus especiales está fuera de toda duda.Zangief fue un escollo importante, pero los nuevos golpes EX (una nueva forma de potenciar los especiales que gasta parte de la barra de energía) me ayudaron a hacerle morder el polvo. El gran obstáculo, el tipo responsable de que hoy haya dormido poco fue Seth, el nuevo jefe final. Se trata de una criatura sobrenatural parida en un laboratorio que siempre simula debilidad en el primer round pero que parte caras a partir del segundo. Su estilo de lucha mezcla movimientos de todos los personajes y os aseguro que sabe muy bien en qué momento utilizar cada uno. Me costó, pero le vencí.

En esta primera partida desbloqueé a Sakura y conseguí un par de logros, uno de los cuales me hizo soltar una lagrimita. Se llama "Rata de los recreativos". Por desgracia fui tan torpe que, cuando iba a apagar la consola, me di cuenta de que había guardado todo en un perfil secundario de esos que hay que crear a veces para los modos multijugador.

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