Tuesday, June 17, 2008

Suman dolores de cabeza


La posibilidad más intrigante que nos queda en las Finales de la NBA es hayan sido los Celtics quienes perdieron el Juego del Remordimiento.

El Juego del Remordimiento es aquel que vuelve para perseguirte durante años cuando termina la serie. Aquel que representó tu mejor o tu última oportunidad de ganarla. Aquel que casi estuvo en tus manos.

Por ahora, y seguramente para siempre, ese juego es el Juego 4. Los Lakers tenían una ventaja de 24 puntos en su propia cancha y no lograron ganar, no lograron renovar la serie con un 2-2 y no pudieron evitar quedar con todas las probabilidades históricas en su contra.Pero los Celtics tuvieron una oportunidad igualmente buena de cerrar la serie en el Juego 5, y, dejando escapar el triunfo, también dejaron la puerta abierta para que todas las pequeñas cosas se transformaran en un gran problema.

La participación de Kendrik Perkins, cuya ausencia al centro a causa de una lesión en el hombro izquierdo les permitió a los Lakers verse fuertes en el Juego 5, estará en duda hasta que llegue la hora del Juego 6.

Si ponías atención, podías ver a Paul Pierce cojeando en la cancha durante las pausas de su espectacular esfuerzo de 38 puntos. Un largo vuelo en avión y un rápido giro en el Juego 6 este martes no son la mejor receta para el cartílago lesionado de su rodilla. Cuando jugó el tercer partido en una situación similar, presentó su peor actuación de la serie (seis puntos con dos aciertos en 14 intentos). Cada minuto que juega su rodilla empeora.

Ray Allen salió corriendo del Staples Center para atender un problema de salud de su hijo. Se espera que juegue el sexto, pero ¿adónde tendrá la cabeza?

Rajon Rondo no puede explotar hacia el aro por su tobillo o bien ha perdido el coraje para intentarlo. ¿Por qué otro motivo dejaría pasar tan buenas oportunidades en el Juego 5?

Y luego está Kevin Garnett. Falló tres de cuatro tiros libres y desperdició la oportunidad de darle un empujoncito a bocajarro al balón para un doble el domingo por la noche. Creímos que había aprendido su lección y silenciado a los críticos con su impresionante desempeño en el último cuarto del Juego 4, pero volvió a ser el KG de siempre.

Garnett es como Kobe Bryant en que su mayor virtud también es su debilidad. En el caso de Kobe, su coraje que le hace creer que puede hacer lo imposible -- entonces lo intenta. Garnett tiene un empuje tremendo. El problema es que no sabe regularlo. En su entrevista televisiva el sábado, parecía tener la misma intensidad que lleva a la cancha. ¿Viste que las licuadoras tienen diferentes programas como picar y batir? Garnett tiene un solo botón: pica hielo. Imagínate lo que será cuando se acerque el final de la serie.

Los Celtics han sido el equipo superior, pero ahora también son el conjunto con más problemas a resolver. Incluso el regreso a Boston fue un desafío para los Celtics, quienes se quedaron varados en el aeropuerto el lunes por un problema mecánico del avión.

Si hubieran ganado el domingo, no hubiera importado. Sólo hubieran llegado tarde o un poco atontados al desfile. A los aficionados no les hubiera importado.

Pregúntales a los Spurs qué pasó cuando el avión no les permitió viajar a Los Ángeles tras ganar el Juego 7 ante los Hornets en New Orleans. Con sus piernas cansadas no pudieron defender una ventaja de 20 puntos en el Juego 1 de las finales de la Conferencia Oeste. Ese fue su Juego del Remordimiento. Los Spurs nunca lograron superarlo.

Los Celtics podrían llegar a ese punto. Cada vez que algo salga mal tendrán la sensación de que podrían haber evitado todo esto, que ya podrían estar de vacaciones.

Estarán de vuelta en casa para el Juego 6, y sería demasiado pedirle a los Lakers que demuestren la misma confianza y la misma agresión tan lejos de L.A. Ganar el Juego 6 no les haría las cosas más fáciles; los Celtics tienen una marca de 16-3 en los Juegos 7 en casa. Lo único bueno para los Lakers en lo que al TD Banknorth Garden respecta es que anotaron 41 puntos en el último cuarto que jugaron allí.

No hubiera sido natural que la serie terminara en cinco. Ocho de los 10 encuentros entre estos equipos en Finales se han definido en al menos seis partidos.

Pau Gasol, quien nunca había jugado en junio, y menos con el uniforme de los Lakers ante los Celtics, dijo que estaba motivado por su deseo de evitar que los Celtics descorchen el champán en el Staples Center. Así deben ser las cosas en esta rivalidad. Ver perder al otro equipo debería sentirse tan bien, sino mejor, que ganar uno mismo.

Y las oportunidades desperdiciadas deberían atormentarte. Ya veremos quien termina con el lamento más grande.

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