Tuesday, March 25, 2008

Una suma de situaciones de juego


El JMV a veces se define por grandes momentos, como los de Kobe Bryant


Kobe es un jugador que siempre hace fácil lo difícil


Para un premio tan subjetivo como lo es el Jugador Más Valioso, a veces debes apoyarte menos en el análisis estadístico y más en tus sentidos.

Los números dicen que LeBron James debería ser el JMV de la NBA. La clásica definición del mejor jugador en el mejor equipo te conduce a Kevin Garnett. Pero a veces el destinatario de este reconocimiento se captura en un momento. Y nadie tiene mejores momentos que Kobe Bryant.

Tuvo dos más el jueves por la noche. No fueron de esos súper dramáticos en los que nadie logra comprender cómo es que acertó ese tiro al sonar la campana. Solamente fueron la clase de cosas que hacen los Jugadores Más Valiosos.


Todo comenzó cuando Deron Williams acortó a ocho puntos lo que había sido una cómoda ventaja de Los Angeles Lakers con triple (y un tiro libre) con menos de cuatro minutos de juego por delante.


El Utah Jazz estaba defendiendo en la zona. Pero alguno no se habrá dado cuenta, o bien Kobe se negó a aceptarlo, porque no se supone que debes hacer lo que él hizo contra este esquema: Ignoró a su hombre en la línea de triples y logró llegar al aro para clavar una volcada ininterrumpida. (Demasiado tarde, Andrei Kirilenko.)


En la siguiente posesión, el Jazz perdió el balón, que terminó en manos de Bryant. Estas cosas suelen sucederles a los mejores jugadores, de la misma manera que el puck siempre parecía encontrar el palo de Mario Lemieux. Bryant inició un contraataque de tres contra uno e hizo un movimiento que pareció sacado del video "Magic Johnson -- Always Showtime". Bryant saltó, suspendido en el aire miró hacia su izquierda a Sasha Vujacic, y luego le pasó el balón a Luke Walton, a su derecha. Kirilenko se pasó toda la jugada de espaldas al balón, sin ninguna idea de lo que estaba a punto de suceder.


Fue así como el partido de pronto quedó definido.


No es tan así con la carrera hacia el JMV. Yo me estaba inclinando por LeBron James y sus 31 puntos, ocho rebotes y siete asistencias por juego. Pero luego los Cleveland Cavaliers perdieron partidos consecutivos ante los New Jersey Nets y los Washington Wizards, poniendo en peligro sus chances de llegar a los 50 triunfos. Ahora tienen que ganar 11 de sus últimos 13 partidos para alcanzar la marca que han superado todos los JMVs desde que Moses Malone ganó el premio con los Houston Rockets de 1982, que habían compilado una marca de apenas 46-36. (Eso no incluye a Karl Malone en la temporada corta de 1999, por la huelga.)


Pero también es cierto que los Cavs podrían estar más cerca de las 50 victorias si no hubieran perdido los seis partidos en los que James no jugó por lesiones. Con su ayuda, superaron a los Boston Celtics y a los Lakers dos veces, además de los San Antonio Spurs y los Detroit Pistons.


Volvemos a la vieja discusión de con-y-sin. La misma que se usó contra Garnett cuando los Celtics se fueron de 7-2 en su ausencia por lesión. Pero eso no tiene en cuenta el tono que Garnett estableció en el equipo durante las prácticas de verano, o la marca de 30-4 que transformó el potencial en realidad. Ni la barrida de los equipos de Texas que los Celtics acaban de completar. Boston tiene la mejor marca de la liga, y no la subestimes como suerte de jugar en la Conferencia Este. De hecho, tiene un mejor porcentaje de triunfos ante los equipos del Oeste que ante los del Este.


¿Pero sabes lo que le falta al paquete de Garnett? Grandes tiros. Cuando miras videos de los Celtics, ves grandes tiros en salto de Ray Allen y Sam Cassell. Como me dijo un Celtic esta temporada, Garnett no tiene problema en dejar que otros anoten. Eso le permite concentrarse a la defensiva y en los rebotes. Eso tiene muchísimo valor también. Alguien que valora esas cosas, es muy valioso.


Pero en algún punto, un JMV debería definir el juego con el balón en sus manos. Debería ser el protagonista del momento.


LeBron cada vez demuestra ser más capaz de hacerlo. Comenzó en Detroit en el Juego 5 de las finales de la Conferencia Este el año pasado. Todo el último cuarto y el tiempo suplementario fueron un momento extendido.


LeBron tuvo unos cuantos momentos más ante los Pistons el miércoles. Coronó el partido con imponente triple, completamente irrelevante en el resultado, pero el ingrediente justo para condimentar la creciente rivalidad. Fue su modo de decir, "Toma esto. Aún no han has lo mejor de mí".


Pero los momentos de Bryant el jueves colocaron a los Lakers en el primer lugar de la ultra-competitiva Conferencia Oeste.


Esa es la diferencia... por ahora.

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