Bomberos: 510 muertos por temblor en Perú
PISCO, Perú (AP) - Entre los desesperados esfuerzos que realizaban el jueves los rescatistas en esta ciudad por remover los escombros y tratar de hallar sobrevivientes en una iglesia que colapsó y sepultó a unas 200 personas, miles de peruanos trataban de recuperarse del devastador terremoto de la vísperaSegún nuevos reportes del cuerpo de bomberos, al menos 510 personas han muerto tras el terremoto de 8 grados que remeció el sureste del país, y en especial a este pequeño pueblo del desierto peruano. Un reporte de la ONU ubicó en 1.500 los heridos.
Las labores de rescate, la mayoría en búsqueda tan solo de cadáveres, se mantenían en lugares como Ica, Chincha, y Pisco, casi destruidos en su totalidad por encontrarse cerca al epicentro del intenso movimiento que duró alrededor de dos minutos.
El presidente Alan García visitó los restos de la iglesia de San Clemente en esta ciudad, donde 200 personas fueron aplastadas por el techo del antiguo edificio, y dio la orden de rescatar a probables sobrevivientes y a los cadáveres, que salían poco a poco de entre los escombros hasta sumar 50 el jueves.
Al final de la jornada, los rescatistas sacaron de entre pedazos de vigas y restos de paredes gruesas a dos hombres, que salvaron su vida por estar cerca de lo que fue la puerta del atrio.
A lo lejos de la febril escena de remoción de escombros, ensimismado, viendo al vacío, Felipe Gutiérrez, de 82 años de edad, estaba sentado usando la única ropa que le quedaba, una ropa de cama que llevaba puesto cuando el temblor se produjo el miércoles.
Junto a él, estaba su esposa, de 74 años, sus dos hijos, y sus tres nietos, todos sentados junto a los escombros de lo que fue su casa, ahora un amasijo de adobe y paja que tapó todas sus pertenencias.
"Ayer dormimos en un colchón, y ahora tendremos que levantar aunque sea una carpa, porque no tenemos donde vivir", dijo a AP, pensativo.
En tanto, en Ica, y Chincha, miles de personas deambulaban, algunos envueltos con tan solo una cobija sobre sus ropas, por sobre los escombros de barriadas enteras, en un paisaje que lucía apocalíptico.
Una aeronave boliviana con medicinas y alimentos se convirtió en el primer avión en traer ayuda internacional a Pisco para socorrer a los damnificados.
La ayuda internacional llovió para los damnificados. Italia, París, Rusia, Estados Unidos, Brasil, México, Ecuador, Colombia, y Chile, entre tantos otros, empezaron a entregar dinero y a impulsar planes de acción para tratar de mitigar la tragedia que dejó al menos a 80.000 personas sin casas, según la Defensa Civil.
García también aprovechó de destacar el llamado que le hizo la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, con quien dijo haber conversado temprano el jueves y que la mandataria le expresó "toda su solidaridad con el pueblo peruano". Las relaciones entre los dos países se han visto deterioradas en los últimos días por la publicación de un reciente mapa limítrofe marítimo del Perú que afectaría la soberanía chilena.
El Presidente García inició su recorrido por Ica para luego seguir en helicóptero a Pisco, que junto a Chincha, fueron las ciudades más afectadas.
La morgue de uno de los hospitales de esa ciudad estaba lleno de cadáveres y un fotógrafo de AP constató que al menos 50 muertos estaban apilados en uno de ellos.
Mientras, decenas de personas buscaban ser atendidos por golpes y fracturas ocasionadas por la caída de paredes o vidrios que se desprendieron durante el movimiento.
"Estamos realizando el puente aéreo a Ica, y estamos evacuando a heridos para Lima", dijo García al llegar a esta localidad para constatar los daños e impulsar la ayuda en la región, declarada en emergencia por 60 días.
El papa Benedicto XVI expresó su pesar por las víctimas del terremoto e "imparte a los afectados y a quienes les socorren, la confortadora bendición apostólica, como signo de afecto al querido pueblo peruano".
Las labores de rescate, la mayoría en búsqueda tan solo de cadáveres, se mantenían en lugares como Ica, Chincha, y Pisco, casi destruidos en su totalidad por encontrarse cerca al epicentro del intenso movimiento que duró alrededor de dos minutos.
El presidente Alan García visitó los restos de la iglesia de San Clemente en esta ciudad, donde 200 personas fueron aplastadas por el techo del antiguo edificio, y dio la orden de rescatar a probables sobrevivientes y a los cadáveres, que salían poco a poco de entre los escombros hasta sumar 50 el jueves.
Al final de la jornada, los rescatistas sacaron de entre pedazos de vigas y restos de paredes gruesas a dos hombres, que salvaron su vida por estar cerca de lo que fue la puerta del atrio.
A lo lejos de la febril escena de remoción de escombros, ensimismado, viendo al vacío, Felipe Gutiérrez, de 82 años de edad, estaba sentado usando la única ropa que le quedaba, una ropa de cama que llevaba puesto cuando el temblor se produjo el miércoles.
Junto a él, estaba su esposa, de 74 años, sus dos hijos, y sus tres nietos, todos sentados junto a los escombros de lo que fue su casa, ahora un amasijo de adobe y paja que tapó todas sus pertenencias.
"Ayer dormimos en un colchón, y ahora tendremos que levantar aunque sea una carpa, porque no tenemos donde vivir", dijo a AP, pensativo.
En tanto, en Ica, y Chincha, miles de personas deambulaban, algunos envueltos con tan solo una cobija sobre sus ropas, por sobre los escombros de barriadas enteras, en un paisaje que lucía apocalíptico.
Una aeronave boliviana con medicinas y alimentos se convirtió en el primer avión en traer ayuda internacional a Pisco para socorrer a los damnificados.
La ayuda internacional llovió para los damnificados. Italia, París, Rusia, Estados Unidos, Brasil, México, Ecuador, Colombia, y Chile, entre tantos otros, empezaron a entregar dinero y a impulsar planes de acción para tratar de mitigar la tragedia que dejó al menos a 80.000 personas sin casas, según la Defensa Civil.
García también aprovechó de destacar el llamado que le hizo la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, con quien dijo haber conversado temprano el jueves y que la mandataria le expresó "toda su solidaridad con el pueblo peruano". Las relaciones entre los dos países se han visto deterioradas en los últimos días por la publicación de un reciente mapa limítrofe marítimo del Perú que afectaría la soberanía chilena.
El Presidente García inició su recorrido por Ica para luego seguir en helicóptero a Pisco, que junto a Chincha, fueron las ciudades más afectadas.
La morgue de uno de los hospitales de esa ciudad estaba lleno de cadáveres y un fotógrafo de AP constató que al menos 50 muertos estaban apilados en uno de ellos.
Mientras, decenas de personas buscaban ser atendidos por golpes y fracturas ocasionadas por la caída de paredes o vidrios que se desprendieron durante el movimiento.
"Estamos realizando el puente aéreo a Ica, y estamos evacuando a heridos para Lima", dijo García al llegar a esta localidad para constatar los daños e impulsar la ayuda en la región, declarada en emergencia por 60 días.
El papa Benedicto XVI expresó su pesar por las víctimas del terremoto e "imparte a los afectados y a quienes les socorren, la confortadora bendición apostólica, como signo de afecto al querido pueblo peruano".
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